Como he escrito en varias de mis publicaciones, la oración es el oxígeno del creyente. Si no desarrollamos la disciplina de orar, estaríamos muy distraídos de la voluntad de Dios para nuestras vidas, así como renunciaríamos al derecho de que Dios atienda nuestras necesidades negando nuestra fe. La oración es la amistad que tenemos con Dios por medio de Jesucristo y se manifiesta a través de:
La escritura afirma que la oración es vitalicia en la vida del creyente. Incluso Jesús le dejó a sus discípulos lo que se conoce como la oración modelo. Sin embargo, antes de continuar reflexionando sobre esta oración mejor conocida como el Padre Nuestro, quiero reflexionar sobre lo que para mi consta como el principal requisito para la oración, se llama pasión.
La pasión se define como un “sentimiento vehemente”, es decir un deseo intenso. Esta palabra (pasión) se utiliza en la biblia dentro de varios contextos:
El orar con deseo, le demuestra a Dios que nosotros estamos orando con el corazón y que verdaderamente sentimos lo que estamos orando. Esto lo vemos en el libro de Santiago (ver Santiago 5.16-18). “Elías era un hombre sujeto a pasiones como las nuestras y oró fervientemente para que no lloviera sobre la tierra y no llovió por tres años y seis meses”.
Cuando nos postremos delante de la presencia de Dios, oremos con pasión, desde lo profundo de nuestro corazón y veremos una gran diferencia en nuestra vida. Ahora hablemos del Padre Nuestro. Reflexionemos sobre los siguientes versículos que se encuentran en el evangelio según Mateo.
Mateo 6:9–13 (RVR60)
9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
Jesús lo sabe mejor que nadie lo vulnerable que somos, pero también sabe mejor que nadie que cuando clamamos al Padre con pasión y un corazón sincero, El nos escucha y pelea por nosotros. Sin duda, la oración es clave para que podamos vivir una vida agradable a Dios y resistir las tentaciones que nos asedian día a día.
Preguntas guías:
Oración
Padre oro en el nombre de Jesús y te doy gracias por todo lo que has hecho. Te pido que me ayudes a perseverar en la oración y que me ayudes a permanecer apasionado por ti en medio de un mundo en decadencia. AMEN